Mi padre, Don Carlos Bacigalupo Ojeda, fue un hombre que no nació rico como el común de todos los ecuatorianos, tenía una enorme capacidad de trabajo y talento para generar empresa. Con esfuerzo y dedicación en un determinado momento de la historia adquirió notoriedad al ser el principal comprador de leche en el Ecuador, antes de la llegada de las grandes multinacionales que ahora operan en el país. Es así que el 5 de junio de 1959, cristaliza el proyecto de tener su propia pasteurizadora y crea Indulac.
Comenzó como distribuidor de leche en Guayaquil, la compraba en la provincia de Los Ríos, y la movilizaba en una pequeña camioneta de segunda mano, la estasanizaba (especie de pasteurización) en una empresa municipal que había en Guayaquil y la distribuía. Fue uno de los grandes distribuidores de leche en Guayaquil, logró un gran mercado y se asocia para traer maquinaria e iniciar con el proceso de industrialización. Fue el primer empresario en llevar leche de la sierra a la costa.
En la provincia de Cotopaxi sólo se hacía queso y había gente que vendía leche a la pasteurizadora Quito, los pocos compradores de la zona explotaban al productor y la leche sobraba. Mi Padre al conocer esta realidad, vió una oportunidad de negocio y un espacio para activar la economía de los productores locales. Los números dieron, era factible comprar la leche de la sierra, transportarla e industrializarla y venderla con una mejor utilidad de la que se obtenía comprando leche en la costa.
Montó la industria en Cotopaxi y mejoró el precio de la leche en la sierra porque era muy barata al no ser pasteurizada. No hubo ganadero en Cotopaxi, Pichincha y Tungurahua que no haya pasado por planta de mi Padre, llegando en su mejor momento a adquirir 140.000 litros de leche diarios. El principal centro de acopio de su empresa en donde enfriaba la leche que llegaba a Guayaquil fue Cotopaxi.
La primera instalación de la planta fue en Latacunga, en el centro de la ciudad, luego se trasladó a la parroquia Guaytacama y finalmente al sector de Lasso en donde se encuentran las instalaciones de lo que fue Indulac Cotopaxi. Mi llegada se da para apoyar la empresa familiar ya que mi padre estaba solo, no había familia pero sí grandes amigos que fueron parte de la empresa y la dijeron antes de que Daton Bacigalupo asuma la gerencia.
Así llegué con mi familia a Latacunga, con hijos aún pequeños que estudiaron y se graduaron en esta ciudad y provincia de las cuales me siento parte porque he tenido la oportunidad de servirlas en múltiples ámbitos en los que he podido participar.